Aunque me encante ese deporte, y quisiera conocer la sensación de subir a un ring y medir la fuerza de mis puños frente a la de otro hombre. No podría…
Tantas semanas matándote en el gym, morir de hambre durante semanas para entrar en el peso, madrugar para ir a correr, encierros, concentraciones… todo para que tus sueños se desplomen en menos de 6 minutos.
Y aun así, aunque ganara de esa misma forma, me dolería por mi colega, al arrebatarle sus sueños de esa manera.
Que bueno que Dios me dio una buena cabeza y no unos buenos puños.